jueves, 10 de abril de 2008

Córdoba,

Mi apreciado Roberto:

La mayoría de los casados “queremos salir” y la mayoría de los solteros “quieren entrar”, naturalmente hablo del matrimonio, pero eso mismo sucede con el tema “te pasastes la vida laburando” ¿querés jubilarte? (je...) y los que ya probamos no tenemos otra salida que la “partida definitiva” (que es, vaya la coincidencia) la misma fórmula que para dejar de ser un jubilado… En otras palabras, no tengo idea de la forma mediante la cual te han inducido a “jubilarte”, porque no me podés decir ahora que no sabías lo que te pasaría no bien ingresaras a las filas de los deprimidos… Pues bien, te has dado el gusto, ahora sos mi colega… y con todo el respeto que me merecés te digo que o bien estás loco, o como en el casorio, sos un KAMIKAZE!
Para mi horror veo que te gusta sufrir y querés escuchar las furias que cargamos muchos de tus colegas –dudo mucho se incluyan los de las jubilaciones de privilegio- y amenazás con publicar lo que caiga en tu poder…
¡Preparáte...!, a muchos no les va a gustar nada que los desagradecidos reclamen cuando justo en este mes se nos dará el 7.5% de aumento…

A la hermosa nota de recepción a tu blog le falta una aclaración que, estimo, es importante, se trata de que todavía existen algunas pocas copias de folletos impresos por los ingleses para uso de los jueces del Tribunal de Nüremberg que se utilizaron para una suerte de “estandarización” de conceptos y en ellos aparece algo que vos mencionás pero que ya por aquellos años (1945 en adelante, yo era un mocito lleno de vida y esperanzas…) era algo muy pero muy grave y merecía especial condena. Se trataba de la TORTURA que “causara dolor o daño sin necesidad…”
Remarco esto porque no estaría mal desasnar primero a los legisladores, luego a los funcionarios públicos, de carrera o electos, en fin, todos los cómplices necesarios del sistema, que necesitan conocer de qué se trata toda esta parafernalia que los "pobres viejitos" traen a colación, hablando y hablando, sin solución de continuidad, no solo porque no tenemos nada qué hacer sino también porque lo sufrimos en carne propia.
Los mexicanos, a principios del siglo pasado se mandaron un festival y llenaron un parque de muñequitos colgantes, y parecerían conservadores, porque hasta hoy el lugar se llama PASEO DE LA REFORMA…, pues aquí, nuestra muchachada, aún cuando en su mayoría eran de familias pudientes se mandaron una REFORMA UNIVERSITARIA en 1918 pero no la tenían del todo clara, hay documentos de familia (cartas familiares que por diversos motivos no tienen por qué ser públicas) en donde los más “inspirados” ya hablaban del DERECHO A LA INSURRECCIÓN… y, a fuer de ser sincero, la idea no es ni tan loca ni tan desagradable; los chicos, por aquellos años, se quedaron cortos.
Hoy día, los encargados de la represión militar están siendo reclamados por la Justicia por crímenes de lesa humanidad, pero... ¿y aquellos que gobiernan, legislan, juzgan, administran este sistema jubilatorio tan perverso que se ha llevado a millones de jubilados indigentes, enfermos o que terminaron quitándose la vida... qué pasa con ellos, ¿no hay justicia...?
Mientras trabajé valía algo, era una contribución para poder mantener al sistema, y hoy, el sistema, mirá lo que nos devuelve... En la actualidad gasto solo en remedios más de lo que gano… y se supone que todavía tendría que agradecer lo que me dan.
Con franqueza te digo, mi autoestima es algo muy devaluado pero nadie lo sabe, porque nadie me escucha… entonces surge una pregunta de carácter psicológico: sufro también alguna clase de tortura muy particular?

Roberto, mi lenguaje puede no resultar “periodístico” pero es lo que siento, lo que me sale de “adentro” y así queda expresado, en otras palabras fluye de mi ser íntimo. Recibí un abrazo y el afecto de siempre, junto con todos los mejores deseos para que otros colegas furiosos escriban cosas más originales.
De cualquier manera estimo imprescindible que sepas de mi más íntimo agradecimiento por dar un lugarcito, no solo a mí, sino a los que lo necesitan para descargar sus cosas, es una manera también de mantener una esperanza, hasta el último día...

FERNANDO ARANEDA, L.E. 4.268.510 (desde la Córdoba de la Nueva Andalucía).