sábado, 5 de diciembre de 2009

"A mi abuelo se le acorta el tiempo"

A la señora Presidenta, a la ANSeS, al sistema judicial: ¿Y los que trabajaron tantos años, qué reciben? Mi abuelo, Enrique Plänich, de 80 años, quien aportó 43 años de trabajo a esta Argentina, percibe una jubilación de casi $ 800. Se jubiló con el cargo de oficial múltiple en una empresa metalúrgica de conocida grifería. Hoy, ese cargo cobra algo de $ 4.000 al mes.
Mi abuelo padece úlceras varicosas y como el "gran sistema de salud PAMI" no lo podía curar por carecer de flebólogos especializados en este problema, debimos recurrir a la salud privada. Fue así, como el doctor Félix Pace, logró tratarlo adecuadamente, pero claro que esto tuvo su costo: hubo que pedir préstamos que aún pagamos y el PAMI tampoco se hizo cargo en esto.
Desde hace casi 19 años, él tiene iniciado un juicio por reajuste de haberes (expediente Nº 12831/06) en el Tribunal Nº 8. Sigue en la espera de una resolución que le dignifique sus haberes. El está pidiendo algo que por ley y derecho propio le corresponde. Debería estar cobrando $ 2.400, aproximadamente, y no es así.
A nuestros abuelos, a mi abuelo, los tiempos se les acortan. Y él necesita y merece vivir dignamente.
En un país democrático, donde la ley es igual para todos y donde la Presidenta pide trato de igual a igual, ¿es justo lo que vive hoy mi abuelo? Si no tuviese una familia que lo ayuda, se moriría de hambre o enfermo por no poder cubrir sus necesidades básicas. ¿Se tiene que morir para que el sistema lo tome en cuenta?

Laura Serna. lvserna@hotmail.com

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